Uno de los principales factores por los que no acudimos con regularidad a consulta es por el miedo al dentista, un hecho que provoca en muchas personas ansiedad.
Pero, ¿por qué tenemos este miedo? Bien, el primer motivo es el hecho de pensar que por ir a la clínica, aunque sea para una simple revisión, nos va a doler, por eso lo evitamos a toda costa. Esto viene determinado por situaciones en las que el dentista nos ha provocado alguna molestia, como por ejemplo con la anestesia o, sin ir más lejos, algún trauma surgido durante la infancia.
Aunque seguramente no has caído en ello otro de los motivos es por la postura que adoptamos al sentarnos en la consulta, tan incómoda a veces que no sabemos cómo colocarnos por la inquietud de lo que nos harán. A esto se suma el tercer factor, el dinero. Este es, posiblemente, el más importante para muchas personas y el que provoca que muchas vayan solo cuando ya no pueden soportar más el dolor. Lo cierto es que un buen dentista no es caro, de hecho hay tratamientos económicos pero, como es lógico, existen otros que por su complejidad, el tiempo dedicado y los materiales empleados tienen un precio elevado.
Aun así todos sabemos que es necesario ir al dentista de vez en cuando y más todavía cuando notamos algún tipo de dolor o molestia y de hecho si no lo hacemos estos pueden ocasionar problemas mucho mayores. Solucionar un pequeño problema de primeras e incluso previniéndolo nos ahorrará mucho a largo plazo, tanto en dinero como en salud.
Pero, ¿cómo vencer el miedo al dentista? Estos consejos te serán de gran ayuda:
- Acude a un dentista de confianza: nuestra recomendación es que antes de acudir a un dentista, especialmente si no lo conoces, investigues cuáles son los servicios que ofrece así como su trayectoria profesional, tu salud está en sus manos. Otra opción es preguntar a tus amigos o familiares, ellos te aconsejarán.
- Una primera toma de contacto: antes de realizarte ningún tratamiento acude a una primera revisión en la que podrás conocer al dentista, hablar con él, trasmitirle tus inseguridades y conocer a fondo qué tratamiento necesitas. Esto, sin duda, te tranquilizará.
- Elige tu cita a primera hora de la mañana: cuanto antes pases el mal trago mejor, por eso, es conveniente que acudas temprano a tu cita, para evitar arrastrar la ansiedad durante todo el día y así tendrás que esperar menos si hay pacientes delante de ti.
- No llegues antes de hora a la cita: tener que esperar en la consulta demasiado rato hará que acumules más ansiedad y entres peor. Llega a tu hora para que ese tiempo de espera sea lo más reducido posible.
- Lleva tu propia música: mucha gente se evade con la música. Puedes llevarte unos auriculares y ponértelos mientras te tratan, el tiempo pasará mucho más rápido.